La propuesta consiste en regularizar las condiciones de vida y de venta en las tiendas de animales de compañía o mascotas, ya que están vendiendo seres vivos, no objetos. 

Los animales requieren de una serie de cuidados específicos para cada especie, raza y edad, lo cual es fundamental para que tengan una vida larga y saludable. Sin embargo, en algunas tiendas de venta de animales no se respetan las necesidades básicas de éstos, siendo sometidos a condiciones inadecuadas tales como: hábitats inseguros o incómodos, poco espacio o hacinamiento, alimentación poco nutritiva o alta en contenidos insalubres, implementos de entretención e higiene escasos y/o inapropiados, etc. Estas condiciones de vida provocan en los animales ansiedad, estrés, miedo, problemas de salud (infecciones, heridas, fracturas, bajo o sobrepeso), problemas conductuales, e incluso reproducción indiscriminada y/o riñas entre miembros de especies que comparten un hábitat, las cuales a veces terminan en mutilaciones o la muerte. Y el riesgo aumenta cuando el animal pasa mucho tiempo en la tienda antes de ser vendido...

Por otro lado, si al momento de vender un animal no se informa debidamente al comprador de sus cuidados y requerimientos, estas condiciones de vida inadecuadas pueden mantenerse indefinidamente en el nuevo hogar de la mascota, prolongando su malestar y reduciendo sus expectativas de vida. Esto no es necesariamente un problema de "mala voluntad" del comprador, sino que simplemente a veces no cuentan con conocimientos de lo que implica la tenencia responsable de la especie o raza que están adquiriendo o, si bien se preparan e informan para la llegada de una mascota a su casa, aún necesitan una asesoría más detallada y específica. La tienda no puede asumir que sus clientes se hayan informado o que se hayan preparado correctamente, ni mucho menos asumir que la persona está suficientemente comprometida o que se hará cargo del destino del animal si por alguna razón éste no puede seguir viviendo en su casa.

Por estos motivos, la propuesta es que los locales de venta de mascotas cumplan con condiciones que garanticen el bienestar de sus animales, ya sea perros, gatos o exóticos (aves, roedores, peces, conejos, reptiles, etc.): 

En primer lugar, que reciban asesoría de parte de médicos veterinarios especializados, y que estos mismos deban hacer periódicamente un chequeo del estado de salud los animales, sus condiciones de vida y su hábitat, otorgando a las tiendas una certificación que sea renovable tras cada chequeo en caso que la tienda cumpla de manera óptima. De lo contrario, se podría exigir la reparación del daño a través de multa o ejercer algún tipo de acción reivindicativa. 

En segundo lugar, que el cliente reciba asesoría oportuna y detallada respecto a la tenencia y cuidados básicos de la especie al momento de la compra de un animal (lo cual, obviamente, implica que la misma tienda ofrezca hábitats, accesorios y alimentos adecuados). El comprador, además de la asesoría, podría recibir folletos o material con toda esta información, incluyendo datos de clínicas veterinarias para controles o urgencias, así como de locales de venta de implementos. Luego podría firmar un “consentimiento informado”, del cual se lleve una copia y quede otra copia en la tienda. Este consentimiento informado podría ser un documento en el que se indique lo transado en el momento de la compra y que identifique la tienda, el comprador, el animal y la fecha de compra (se adjunta un ejemplo de consentimiento informado para estos efectos).

Comparto una foto y un link con un video en el que se puede apreciar las condiciones de vida de animales exóticos en venta en algunas tiendas de Las Condes: hábitats muy pequeños que limitan el movimiento del animal, o hábitats compartidos por demasiados miembros de la especie (lo cual es un problema sobre todo en especies territoriales); hacinamiento de aves, peces, roedores, etc.; ausencia de sustrato o sustrato inapropiado (por ejemplo, el aserrín astilla y daña vías respiratorias); jaulas no aptas (suelo o paredes con barrotes que dañan las patitas de los animales); ausencia de elementos que requiere la especie para su entretenimiento, ejercicio, refugio, etc.; alimento con bajo aporte nutricional y/o alto en grasas; etc. Todas estas condiciones provocan un estrés que se manifiesta en problemas conductuales, de salud y de convivencia en los animales.

Se agradece la acogida y consideración de esta propuesta, sobre todo porque hoy en día se ha ido popularizando enormemente la comercialización y la tenencia de mascotas en los hogares.